
Las cajas que componen este pabellón se descomponen en formas más simples y arquetípicas, se convirtieron en paredes, puertas, suelos, puertas, ventanas y tejados, que permiten un mayor número de interpretaciones. Estos elementos arquitectónicos son claramente la distinción entre interior y exterior.
Desde el interior de la primera caja opaca se pueden ver otros lugares del interior de la caja transparente, y dentro de ésta, un banco se ofrece a la contemplación de los cielos. Heidegger hizo un compuesto cuaternario del cielo, la tierra, los mortales y los seres divinos. Estos elementos forman el mundo de la vida, el cielo está habitado por seres divinos y la tierra donde están las cosas y seres mortales.
El carácter de este pabellón se define por el contacto entre estos elementos que conforman un lugar donde surge la conciencia del hombre y donde el arte de la arquitectura se realiza.



Por iiarquitectos y arq.com.mx
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