
Inspirándose en la belleza del lugar, los diseñadores del despacho canadiense Swon Design crearon esta pieza de vidrio que emula la caída de agua de una cascada.
Las dimensiones de esta cristalina cascada no son muy grandes, pues solamente mide 2.10 metros de alto y 3.00 metros de ancho, sin embargo el reflejo de la pieza en el estanque de agua que se ubica adosado a ella, hace que la pieza, visualmente, crezca al doble cuando el agua se encuentra estática.
La pieza está formada por 77 piezas de vidrio de diversos tonos de azul y verde, cortadas con formas ondulantes que simulan el movimiento del agua. Sobre la cubierta y dentro del estanque se incorporó un sistema para recircular el agua, y generar con ello una cascada artificial, de agua, que cae sobre la cascada de vidrio. Con la caída del agua y el reflejo de los rayos del sol sobre el cristal, se generan una serie de destellos que hacen de esta pieza todo un espectáculo de luz.
Por la noche, la cascada de vidrio, funciona como una gran pantalla sobre la que se proyectan lúdicas piezas de luces de colores.

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