
El volumen fue desarrollado bajo un patrón de fenestración de variadas superficies.
Generando un volumen principal cúbico y un bloque lineal adyacente, haciendo formal la literalidad de su nombre: cubo y tubo.
La estructura cuadrada de nueve pisos se cruzó con una sucesión vertical de corredores entrecruzados que terminan en terrazas al aire libre con vistas al paisaje. El edificio introduce la configuración de la luz y la brisa en el núcleo interno al mismo tiempo que permite dividir el espacio de trabajo con un ambiente bien ventilado.
La iluminación es un tema que en este edificio se ha tratado con sumo cuidado también.
El juego de la luz se lleva a cabo tanto en el interior como en el exterior siguiendo el patrón de llenos y vacíos que se ha realizado en las fachadas. Marcando de esta forma un sello visible en cualquier lugar de la construcción.




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