
Esta original intervención espacial, fue diseñada por el despacho C18 Architekten, respetando la volumetría básica de la nave original de la capilla, y se limitó a un solo material de origen orgánico y de imagen delicada para generar así una acogedora y cálida atmósfera.
De esta manera, los creadores siguiendo el trazado de los arcos de medio punto de concreto armado de la estructura original, incorporaron una serie de bóvedas falsas tejidas con mimbre.
Con esta solución, ocultan el recubrimiento original hecho con madera oscura dispuesta sobre los planos inclinados de la cubierta a dos aguas, con un recubrimiento que si bien es texturoso, también es cálido y acogedor, además de elegante.
Otra característica de esta solución es que este material hace que las bóvedas se sientan ligeras, una cualidad que aunada a la sencillez del mobiliario, permite hacer del espacio un lugar más agradable.
Esta solución, demuestra una vez más, que los materiales tradicionales, pueden aportar todavía muchas soluciones interesantes.


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