
En su exterior, la casa posee una techumbre a dos aguas que remite a los graneros de las zonas rurales del norte de Europa, sin embargo, unos cortes diagonales sobre la volumetría -que dan la sensación de que la casa fue rebanada como un gran pastel- y los colores gris y negro con que fue pintada, convierten la casa en un gran bloque geométrico que alude a las soluciones de los arquitectos minimalistas.
El interior resuelto también con recursos mínimos, es un espacio sumamente luminoso, moderno y elegante, que ofrece a sus habitantes todas las comodidades de la vida contemporánea.
Las habitaciones no son muy grandes, sin embargo, la distribución del mobiliario, la altura, y los grandes ventanales hacen que el espacio se vea más grande. La casa cuenta con estacionamiento para un solo auto. En cuanto a la decoración, también hay un predominio de los colores negro y blanco negro y blanco, lo que le da unidad al diseño.
Una arquitectura moderna y funcional aunada a un hermoso paisaje es, sin duda, la mejor forma de vivir la naturaleza.




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