
La fama de Vitrubio se debe en exclusiva al tratado De architectura, la única obra de estas características que se conserva de la Antigüedad clásica.
Conocido y empleado en la Edad Media, la edición del tratado de Vitruvio en Roma en 1486 ofreció a los artistas del Renacimiento, imbuidos de la admiración por las virtudes de la cultura clásica tan propio de la época, un canal privilegiado mediante el que reproducir sus formas arquitectónicas.
Vitrubio (siglo I a. C.): su tratado De architectura está escrito en diez libros y hace referencia a otras ciencias, como la Aritmética, la Geometría, la Medicina, etc. Su lengua es correcta y, a veces, elegante, pero el conjunto de la exposición resulta confuso y lleno de grecismos sin traducir. Según el autor, la arquitectura descansa en tres principios: la Belleza (Venustas), la Firmeza (Firmitas) y la Utilidad (Utilitas). La arquitectura se puede definir, entonces, como un equilibrio entre estos tres elementos, sin sobrepasar ninguno a los otros. No tendría sentido tratar de entender un trabajo de la arquitectura sin aceptar estos tres aspectos.
Sin embargo, basta con leer el tratado para percatarse de que Vitruvio exigía estas características para algunos edificios públicos muy particulares. De hecho, cuando Vitruvio se atreve a intentar un análisis del arte sobre el que escribe, propone entender la arquitectura como compuesta de cuatro elementos: orden arquitectónico, disposición, proporción y distribución.
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